Si el hombre está sometido al destino, si su vida tiene hiatos, cosas no comprendidas, absurdos, ¿debería crear personajes coherentes y completamente verosímiles? No es eso una contradicción, pues la vida arrastra a las personas por caminos desconocidos. Desde ese punto de vista, el cuento puede ser una puerta para el auto-descubrimiento.
A veces, conociendo el personaje reconocemos las ranuras de nuestra alma que, en general, intentamos ocultar para ofrecer al mundo una imagen coherente y lógica de nuestra vida y de nuestra conducta. Como si alguien en el mundo fuese un ser determinado por el raciocinio las 24 horas del día. Tenemos las excepciones como el Sr. Spok (interpretado por Leonard Simon Nimoy), de la serie Star Trek (Viaje a las Estrellas), oriundo del planeta Vulcano. Ese personaje con su mente lógica, con su raciocinio certero, sin contaminación emocional despertaba fuertes pasiones en las jóvenes de la época.
Los caminos de los personajes y de los seres humanos son fruto de impulsos desconocidos. Por eso Borges jugaba con las palabras, pero sus juegos no pueden ser considerados superficiales. Eran juegos metafísicos, psicológicos y como en las paradojas de Zenón de Elea, que tanto lo fascinaban, eran juegos que revelaban la vulnerabilidad humana, la oscilación de personas y acontecimientos en el océano del mundo.
Contar un conto es traducir algún aspecto del hombre y de su vida. Para que el cuento sea cautivante es preciso que el lenguaje sea literario. La construcción de personajes es fundamental para cualquier obra de ficción, pues podemos reconocer en algún personaje, nuestros vicios, costumbres, hábitos, pensamientos, y esa también es una forma de avanzar en el camino del autoconocimiento.
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Isabel F. Furini escritora, conferencista y poetisa premiada. Orienta el taller “Como escribir y publicar un libro”, en el Solar del Rosario, Curitiba. Autora de varias obras publicadas en Brasil, en idioma português. Destacamos “O livro do escritor”, editorial Instituto Memória, Curitiba, 2009.